Hola, holaaa.
Vuelvo a ser Nuria, y hoy me paso por aquí una vez más para hablarte de algo que me importa mucho: la amabilidad.
Esa que parece sencilla, pero que muchas veces se nos olvida.
Esa que practico cada día porque creo, de verdad, que puede cambiar el mundo.
Me considero una persona sensible, generosa y empática.
Me gusta hablar, escuchar, entender y ayudar a las personas.
Pero también soy muy sufridora… cuando alguien lo pasa mal, yo lo siento casi como si me estuviera pasando a mí.
Esa forma de vivir el mundo, con el corazón abierto, intento transmitírsela a mis hijos, que tienen 2 y 4 años.
Quiero que crezcan sabiendo que ser amable, dar las gracias o consolar a alguien no son gestos pequeños, sino enormes.
Que no hacen ruido, pero hacen bien.
En los pueblos esto sigue muy vivo.
Aquí seguimos saludando al entrar a un sitio, damos los buenos días aunque no conozcamos a quien nos cruzamos, y preguntamos “¿cómo estás?” de verdad.
Pero el otro día, caminando por el Anillo Verde en Madrid, me crucé con unas 20 personas.
Saludé a todas.
Solo dos me respondieron.
Algunas no me oyeron por los cascos, otras quizá se sorprendieron… y puede que alguna hasta pensara que estaba un poco loca.
Y no pasa nada.
Yo voy a seguir saludando.
Porque decir buenos días también es activismo.
Ser amable es una forma de estar en el mundo.
Y aunque parezca poca cosa, puede alegrarle el día a alguien.
Así que hoy te lanzo un reto, estés donde estés:
Di 'hola'.
Di 'buenos días'.
Sonríe al cruzarte con alguien.
Hazlo aunque nadie más lo haga.
Hazlo porque tú sí puedes marcar la diferencia.
Y con este tercer mail, termino esta pequeña aventura que ha supuesto para mí salir de mi zona de confort.
No suelo estar en primera línea ni escribir en público… pero cuando Bea me propuso ocupar su lugar estos días, sentí que también era una oportunidad para mostrar una parte de mí que normalmente no se ve.
Espero haberte acompañado, inspirado o al menos haber sacado una sonrisa en alguno de estos tres días.
Gracias de corazón por leerme estos días.
Y gracias a Bea por animarme a hacer esto.
Por confiar en mí —como siempre— y empujarme a compartir, aunque no sea lo que más natural me sale.
Volveré a donde me siento más cómoda: detrás de cada botella, cerca del equipo, en la fábrica, con las manos en la masa.
Pero me ha encantado asomarme a este lado.
Nos seguimos encontrando en cada sorbo.
Besos.
Nuria.
PD: Hoy he escrito este email entre sorbos de otra de mis kombuchas preferidas. ¿Adivinas cuál es? Te la dejo aquí.
PD2: Hablando de kombucha… Como muchos ya sabéis, a Bea le apasiona hablar sobre la microbiota, y sinceramente, tiene un conocimiento profundo sobre el tema y lo explica como nadie. Ayer se publicó un artículo en Cinco Días sobre la microbiota y los trasplantes fecales, un tema fascinante que Bea y Ángela Quintas abordan en este episodio. ¡Tienes que escucharlo! De verdad, vas a aprender muchísimo sobre este tema.
Buenos días,
Gracias por vuestros consejos, experiencias y sobre todo por compartirlas con todos nosotros.
Un saludo,
Mónica